martes, 2 de febrero de 2010

martes, 26 de enero de 2010

miércoles, 4 de noviembre de 2009

miércoles, 28 de octubre de 2009

sábado, 24 de octubre de 2009

DISMINUCIÓN EN LA AGUDEZA VISUAL

Las ametropias o defectos de refracción son la causa más frecuente de disminución de la agudeza visual en los países desarrollados: aproximadamente el 25 % de la población general presenta algún tipo de alteración.

El ojo es un sistema óptico formado por lentes sucesivas (córnea, humor acuoso, cristalino y vítreo) que hacen converger (refractan) los haces de luz que llegan al ojo y forman así la imagen correspondiente en la retina.

Refracción.- Es el cambio de trayectoria y velocidad que experimenta un rayo de luz al cambiar de medio.

Dioptría.- Es la potencia de una lente cuya distancia focal es un metro.

Ojo emétrope.- Es el ojo con visión normal; estando en reposo (sin acomodación) es capaz de hacer converger el haz de luz en la retina.

Ojo amétrope.- No es capaz de formar la imagen en la retina; por tanto la visión es incorrecta. Distinguimos tres tipos de ametropias: hipermetropía, miopía y astigmatismo. En su etiología es importante el componente hereditario.

La determinación inicial de la agudeza visual se realiza por medio de optotipos.

Hipermetropía.

La imagen se forma detrás de la retina debido a un déficit de convergencia de los rayos de luz.

Existen dos tipos:

1.- Axial: El eje anteroposterior del ojo es corto. Es la más frecuente. Al nacer todos los ojos son hipermétropes (2,5 dioptrías); con el desarrollo el globo ocular se alarga y alcanzan teóricamente la emetropia en la adolescencia. En un 50 % de los casos persiste algún grado de hipermetropía. Predispone a glaucoma de ángulo cerrado.

2.- De refracción: Se debe a una alteración del cristalino (diabetes, esclerosis)

Clínica: La hipermetropía se compensa mediante la acomodación que aumenta el poder de convergencia del sistema óptico. Con la edad disminuye la capacidad de acomodar; por tanto los síntomas son progresivos: visión próxima borrosa, astenopía o fatiga ocular (cefalea tras esfuerzo visual, picor y enrojecimiento ocular). Si el inicio es en la infancia puede apareces estrabismo convergente de acomodación o ambliopía (“ojo vago”. Son frecuentes procesos inflamatorios asociados (blefaritis, orzuelos). Si el defecto es leve el individuo joven lo compensa y los síntomas serán tardíos (alrededor de los 30 años).

En el tratamiento están indicadas lentes esféricas convexas o positivas (aumentan la convergencia, adelantan la imagen y la sitúan en la retina). Debe corregirse ante alteraciones de la agudeza visual o presencia de síntomas. En el paciente infantil y juvenil la determinación objetiva del defecto se realiza aplicando un ciclopléjico.

Se debe prescribir la corrección de mayor graduación que tolere el paciente.

Miopía.

La imagen se forma delante de la retina; sobre ella a cada punto objeto le corresponde un circulo borroso (de difusión) en vez de un punto imagen.Puede ser:

1.- Axial: Es la causa más frecuente. El eje anteroposterior del ojo es largo.

2.- De índice: Se debe a un aumento de potencia de refracción de las lentes oculares (cristalino, córnea).

La clínica se caracteriza porque el paciente ve borroso de lejos y necesita acercarse a los objetos; al mantener los párpados semicerrados (guiño) puede mejorar la visión (disminuyen los círculos de dispersión). La miopía axial es evolutiva, debuta en edades tempranas, va aumentando y se detiene una vez completado el crecimiento; posteriormente el defecto puede progresar en momentos de debilidad física, embarazo, etc.

Desde el punto de vista clínico podemos distinguir dos tipos de miopía:

Simple: Su frecuencia es del 10 %. Progresa lentamente hasta los 20 años aproximadamente. No supera las -6 dioptrías y se puede corregir de forma completa.

Degenerativa o maligna: Es menos frecuente. Su etiología no es clara, aunque tiene un evidente componente hereditario. El defecto de refracción supera las -6 dioptrías y puede llegar a -30. Se asocia a cambios degenerativos oculares: focos de atrofia coriorretiniana, hemorragias maculares, lesiones de la retina periférica, desprendimiento de vítreo y retina, catarata, glaucoma, ambliopía, etc.

En la clínica proporciona visión lejana borrosa, el defecto es progresivo y no se detiene con el crecimiento. Las complicaciones pueden comprometer la visión del paciente y no siempre es posible la corrección total con lentes.

El tratamiento consiste en el uso de lentes divergentes, cóncavas o negativas, las más débiles que proporcionen una agudeza visual máxima. Es aconsejable llevar gafas constantemente (incluso para leer); de este modo se continúa realizando el trabajo de acomodación. La cirugía consiste fundamentalmente en dos técnicas: la queratotomia radical. Se realizan varias incisiones en la córnea con un bisturí para conseguir su remodelación óptica y la queratotomia fotorreactiva con Láser Excimer. Se consigue una fotoablación de la superficie corneal y con ello una disminución de su poder convergente. Es muy efectiva en miopías bajas y medias (-2 a -6 dioptrías). Es la técnica más reciente y por ello se ignora su efecto a largo plazo.


Astigmatismo.

En este defecto de refracción el radio de curvatura de los medios refractantes del ojo (córnea y cristalino) no es uniforme; el eje horizontal de la lente no presenta la misma curvatura que el vertical. Los rayos que llegan paralelos al ojo, procedentes de un punto externo, al ser refractados no convergen en un punto focal simple, sino que forman dos imágenes lineales perpendiculares entre sí. El defecto puede ser:

1.- Irregular: Se debe a traumatismos, úlceras de la córnea o queratocono.

2.- Regular: Los dos meridianos principales forman un ángulo recto. Se clasifican en:

-Compuesto: ambas focales a un mismo lado de la retina (miópico las dos por delante, hipermetrópico los dos detrás).

-Simple: Una de las focales lo está en la retina y la otra por delante (miópico) o por detrás (hipermetrópico).

-Mixto: Una focal delante y la otra detrás de la retina.

La clínica depende del grado de astigmatismo; si el defecto es de magnitud la disminución de la agudeza visual es considerable (no ve nítido a ninguna distancia); si es leve, el paciente intenta enfocar una u otra de las lineas focales y aparecen síntomas de fatiga ocular (cefalea, fotofobia y visión borrosa ante el esfuerzo).

Para la medición del defecto se utiliza el oftalmómetro (javal, Rodentock o Zeiss) y los valores axiales encontrados se registran en el llamado esquema Tabo.

En cuanto al tratamiento cabe decir que siempre que produzcan síntomas los errores astigmáticos deben ser corregidos en su totalidad. Están indicadas lentes cilindricas; estas se definen por su potencia dióptrica, su carácter convergente o divergente y por su eje expresado en grados (de 0º a 180º). Las lentes cilíndricas actúan en un eje; en el perpendicular a éste son neutras, desplazan la primera línea focal hasta hacerla coincidir con la segunda y unifican la imagen. En los defectos combinados (astigmatismo con miope o hipermetropía) están indicados lentes esfero-cilíndricas. El astigmatismo irregular no se puede corregir con gafas; en ocasiones se consigue buena visión con microlentillas rígidas y en otros casos es necesario el transporte corneal (queratoplastia).

BAJA VISIÓN

Baja visión o hipovisión es la cualidad de la persona con una privación parcial de la vista que no puede ser corregida adecuadamente con gafas convencionales, lentes de contacto, medicamentos o cirugía.

El resto visual (el porcentaje de visión que la persona conserva) contiene dos parámetros de definición visual: la agudeza y el campo. La agudeza visual es la capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia y se mide con la prueba de las letras (o formas geométricas) de decreciente tamaño, estableciendo cada línea, vista o no, un 10% de agudeza visual. El campo visual es el ángulo que el ojo ve, correspondiendo 90º a cada ojo (total 180º). El campo se reduce, bien “cerrándose” por los costados, bien de forma aleatoria, a causa de manchas que se forman en el ojo.

Clasificación del grado disminución visual
La persona que, pese al uso de correcciones ópticas, no consigue llegar al 100%, pero que supera el 50% de resto visual, pertenece a la categoría B3, lleva una vida normal y posiblemente no tenga conciencia de su disminución. En cambio, por debajo del 50%, empieza a tener dificultades evidentes y se dice que tiene baja visión (B2). Hay que tener en cuenta que, por debajo del 20% de resto visual, las dificultades visuales son severas y hacen imprescindible el uso de técnicas de adaptación. Cuando no consigue superar el 10% de agudeza y/o tiene restringido a sólo 10º su campo visual, se considera entonces que padece ceguera legal. Finalmente, si no ve más que zonas difusas de iluminación y sombra, o bien nada en absoluto, se habla de ceguera total (B1).

Magnitud de la discapacidad visual [editar]Según la Organización Mundial de la Salud, globalmente, en 2002, más de 161 millones de personas eran discapacitadas visuales, de los cuales 124 millones padecían baja visión y 37 ceguera. Sin embargo, error refractivo como causa de discapacidad visual no fue tenido en cuenta, lo que implica que la magnitud global verdadera de la discapacidad visual es aún mayor.
En todo el mundo, por cada persona ciega, hay un promedio de 3,4 personas con baja visión.[1]

Patologías que pueden producir pérdidas de agudeza visual Cataratas
Glaucoma
Uveítis
Degeneración macular
Opacidad corneal
Tracoma
Retinopatía diabética
Miopía magna
Enfermedad de Stargart
Albinismo
Retinosis pigmentaria
La población global muestra una reducción en el número de gente discapacitada visual como resultado de alguna enfermedad infecciosa pero muestra un aumento en el número de gente ciega debido a condiciones relacionadas con un aumento en la esperanza de vida. Esta información subraya la necesidad de modificar los sistemas públicos de prestación sanitaria para incluir el tratamiento de las enfermedades que son hoy prevalentes.[1]

Distribución de la discapacidad visual:
Por edad: más del 82% de las personas ciegas tienen 50 años o más, aunque representan el 19% de la población mundial.

Por sexo: las mujeres tienen un riesgo considerablemente mayor de sufrir una discapacidad visual que los hombres.

Geograficamente: la discapacidad visual no está distribuida uniformemente en el mundo. Más del 90% de la población discapacitada visual del mundo vive en paises en vías de desarrollo.
Rehabilitación y calidad de vida [editar]Una vez superado el shock emocional de la disminución, si se aprenden las técnicas alternativas necesarias de rehabilitación, se puede conseguir una buena calidad de vida y un buen ajuste a la disminución, tanto en el caso de la baja visión, como en el de la ceguera.

De acuerdo con un artículo publicado por The Academy of Psychosomatics Medicine, en una muestra de pacientes afectados de retinopatía diabética progresiva, solo los que habían alcanzado ceguera total mostraban una mejoría en la sintomatología psíquica a través del aprendizaje de técnicas de rehabilitación. Mucho más marcado sufrimiento permanecía en sujetos con visión parcial persistente (o baja visión). Expectativas insatisfechas, probablemente, aumentaban la frustración de las derrotas diarias, unidas al miedo de perder completamente la vista que les quedaba. La aceptación de la propia patología y su resultado final es la base para abordar y adquirir un nuevo modelo de conducta y crear un equilibrio mental, físico y social en los que pierden la vista.

Los sujetos que aprovechan al máximo los instrumentos de rehabilitación y preservan su propia mobilidad y ocupación son los menos deprimidos y con el nivel de integración social más alto.

Los pacientes cuya visión va empeorando paulatinamente y que tienen una prognosis de eventual ceguera, corren comparativamente un riesgo alto de suicidio y, en consecuencia, necesitan recibir servicios de apoyo. Estas observaciones abogan por el establecimiento y la extensión de programas terapéuticos y preventivos para que incluyan a pacientes con un diagnóstico de severa discapacidad visual presente o futura que, actualmente, no califican para recibir los servicios que se ofrecen a los ciegos. Los oftalmólogos deberían tomar consciencia de estas consecuencias potenciales e incorporar, dentro del tratamiento de estos pacientes, un espacio para la atención de su salud mental, con vistas a prevenir el desarrollo de síntomas depresivos, evitando conductas autodestructivas y mejorando la calidad de vida de estas personas. Esta intervención debería implementarse en los estadios tempranos del diagnóstico de la pérdida de visión, en particular porque muchos estudios han demostrado cómo la pronta aceptación de la discapacidad visual seria ha logrado una mejor y más productiva inmersión en los programas de rehabilitación.

Adicionalmente, el sufrimiento psicológico está presente al máximo cuando la pérdida de visión no es total, pero el futuro de la discapacidad es desfavorable. En consecuencia, la intervención temprana es imperativa para facilitar un ajuste psicológico satisfactorio

Tipos de ayudas disponibles [editar]Al margen de las ayudas médicas, las principales ayudas son, en primer lugar, las informativas, luego las administrativas, las tendientes a la rehabilitación personal, las formativas, las tendientes a la integración laboral y las tendientes a la integración social.

La información es fundamental, de ahí que sea imprescindible que médicos y responsables sanitarios dispongan de ella para ofrecerla en el momento que sea preciso. La desolación del médico cuando debe confesar a su paciente que ya no puede hacer nada más por él, sólo es superada por la soledad y aislamiento del paciente que no sabe a quien recurrir.

Las ayudas administrativas[3] [4] son valiosos aliados, aunque a veces yacen entre el enmarañamiento legal que las oculta y varían según el país

Las posibilidades de adaptación del puesto de trabajo (aquel en que se trabajaba u otro distinto) están reguladas por leyes y normativas y hay - esto también varía según el país - jugosas subvenciones a las que las empresas se pueden acoger, por lo que la reticencia empresarial a contratar disminuidos visuales es un prejuicio antieconómico, para ellos y para la sociedad.

Finalmente se encuentran las ayudas de integración social, que permiten las actividades de ocio adaptado, visitas culturales adaptadas y actuaciones públicas o privadas que mejoren la movilidad y el mejor acceso a la información de todas las personas, también de las disminuidas visuales.


Ayudas ópticas :En un artículo, Augusto Bruix Bayés[5] menciona que el principio básico de Baja Visión es aumentar el tamaño de la imagen retiniana, mediante diferentes ayudas.
Mejorar la visión lejana: Se puede mejorar siempre en visión estática, no en movimiento:
Ver la televisión
Teatro
Cine
Ver un paisaje
Ver el número del autobús
Mejorar la visión cercana: se trabaja siempre a una distancia más cerca de lo habitual
Lectura
Escritura
Labores
Mejorar la sensibilidad al contraste: utilizande filtros especiales

Otros instrumentos:

Atriles
Focos de luz especiales
Hojas prelineadas
Juegos magnificados
Relojes, termómetros parlantes, teléfonos especiales, etc.

Efectividad de las ayudas ópticas: Haciendo referencia a un estudio realizado por este especialista sobre 1.000 pacientes, se encontró que mejoraban sustancialmente su Agudeza Visual, todos los pacientes con una A.V. superior a 0.02. De estos quedaron satisfechos con sus ayudas un 44%. Muy satisfechos un 48%. Poco satisfechos un 5%, y nada satisfechos un 3%.

Proceso de adaptación a las ayudas ópticas: Durante la primera visita del paciente, se estudian qué opciones son las más adecuadas para su caso particular, teniendo en cuenta todos los condicionantes, psicológicos, culturales, sociales y laborales que nos refiere dicho paciente y cómo éste experimenta mejoría con las ayudas seleccionadas, aconsejándole cuáles de ellas le reportarán la mejor calidad de vida.

Tras la adaptación específica para cada caso, se realiza un seguimiento, con el fin de que utilice correctamente los instrumentos, para que le saque el máximo rendimiento. En algunos casos (un 4% aproximadamente), se deben modificar o cambiar con posterioridad.

Se utilizan ayudas visuales de los fabricantes más prestigiosos del mercado, tales como Zeiss, Nikon, Keeler, Eschembach, Coil, etc.

Una vez dado de alta al paciente se remite un informe de la primera visita y el seguimiento posterior al médico oftalmólogo o al profesional que nos lo ha remitido.

Debido a los avances oftalmológicos, la mejora de la esperanza de vida, la mayor necesidad de acceso a la información, etc., creemos que la Baja Visión tiene un gran futuro y es una técnica especialmente complementaria de la Oftalmología.

Otras ayudas:Los ciegos totales, disponen del braille, del libro hablado y de aparatos que transforman en voz los caracteres impresos (ocr o los ficheros informáticos). De estos aparatos también se pueden servir los disminuidos visuales.

Son precisamente los ordenadores un instrumento fundamental en la relación con el entorno para la persona con disminución visual. Permiten, con programas estándar o mediante programas específicos, la magnificación de la imagen y también su conversión en voz (lectores de pantalla) o al tacto (linea braille), por lo que son útiles sea cual sea el grado de disminución visual de la persona. Para más información se puede visitar la página de Tiflotecnología.